La iglesia de Santa Lucía está situada en Alcuéscar y forma parte del arte
visigodo. Casi desconocida hasta entonces, la iglesia fue sacada a la luz en
1981 por el profesor D. Juan Rosco y
su esposa Dª Luisa Téllez. Fue
declarada Monumento Histórico Artístico en 1993. En los últimos años ha sido
estudiada y restaurada y se prevé la creación de un parque arqueológico en su
alrededor, en el que se han encontrado muchos restos anteriores a los de la
romanización. Han sido hallados en este lugar lápidas, inscripciones y
epígrafes, todos ellos dedicados a la diosa prerromana Ataecina. Se puede
reconocer en las inscripciones que hay en los numerosos sillares de ese templo, los cuales fueron reutilizados en la
construcción de Santa Lucía, probablemente en el siglo VI a. C. Las
inscripciones hacen también referencia a la ciudad celtibérica de Turóbriga que
no ha podido ser localizada hasta ahora.
La iglesia consta de una planta basilical de tres naves separadas por
pilares que hoy están desaparecidos, un crucero y tres ábsides. Se encuentra en un amplio entorno de origen muy anterior
en el que existió al menos otra iglesia, de la que sólo quedan restos. Su
estructura es la más compleja que se ha llegado a conocer hasta ahora de la
época visigoda, como si fuera una reconstrucción de todos los tipos de iglesia
que fueron probando en la época de transición.
Fue investigada y restaurada durante
varias campañas entre 1984 y 1990 por Rosco y Caballero Zoreda. En la actualidad se encuentra en muy buen estado
y nos permite conocer su estructura original.
La iglesia antes de la restauración
El resultado de Santa Lucía
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